otzpi

Sencillo, personalizable, repleto de opciones y con el respaldo del equipo del viejo conocido "Opera". Pero sin duda se distingue por su orientación a usuarios de redes sociales (whatsapp, facebook, twitter, vk, discord, telegram, instagram) y gamers, mediante las funciones incorporadasparala gestión de recursos, RAM, CPU, limpiador, etc.

Mis gustos han ido variando mucho a lo largo de mi vida, lo primero, como casi todo el mundo, fue el pop, después, en la adolescencia el rebelde sin causa se decantó por el rock cañero, sin llegar al heavy, en la juventud escuché mucho ska y roots reggae, luego volví al rock pero sólo al clásico, muy alejado de la actualidad, y hoy en día apenas hago distinción de géneros, solo distingo entre buena y mala música.

Yo este año no he hecho gran cosa, salvo las actividades especiales y eventos de Halloween del juego Rise Of Kingdoms, si eso también cuenta. Aunque otros años sí que me he disfrazado. Un año nos maquillamos como zombies y volviendo a casa, ya de madrugada, nos cruzamos con un señor mayor paseando al perro que no debía saber lo que es Halloween y a punto estuvo de salir corriendo del susto.

Es un juego excelente, y lo digo con conocimiento de causa, pues ya he jugado a varios de este tipo de "estrategia en tiempo real" y este es de los mejores. Gráficos realistas e ilustradores muy buenos es uno de sus puntos fuertes, si no el principal. La única pega que le puede poner es que se tarda varios niveles en comprender bien el funcionamiento de todas las partes del juego, mientras que en otros similares el aprendizaje y los tutoriales son más sencillos y progresivos.

Yo también soy talludito, así que el juego al que más jugué de niño fue el Super Mario Bross 2. Hablo de principios de los 90, cuando había una especie de duelo comercial entre Nintendo y SEGA, estos últimos con la Master System II y Mega Drive, y sus competidores con la legendaria NES y la SuperNES. La NES fue mi primera consola y me tiré bastantes meses dale que dale al fontanero bigotudo. Así hasta el momento actual, en el que se sigue demostrando que lo más importante de cualquier juego, por encima de gráficos o presupuesto, es la jugabilidad.