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Si eres fanático de los juegos de detectives o quieres probarlos te encantará L.A. Noire, un juego fantástico traído por Rockstar (los creadores de la franquicia GTA). Un juego que a pesar del tiempo se sigue manteniendo fresco por su gran realismo y su capacidad para lograr hacer que te sientas realmente como un detective en L.A. durante 1940.
El juego es uno de los videojuegos más caros de todos los tiempos, y se nota. Todo es tan hermoso y detallado, desde ser capaz de detectar cada poro y cabello en las caras de los personajes, hasta los cientos de modelos coleccionables de autos antiguos, los acentos en los personajes y las palabras elegantes que te absorben al paisaje y te hacen sentir como si estuvieras experimentando algo en la década de 1940. Los personajes en sí están tan bien escritos que solo pude encontrar una o dos frases que no tenían sentido. Amarás a algunos, odiarás a otros, y está claro que la historia pretendía que tuvieras estos sentimientos hacia ellos.
L.A. Noire sigue la vida de Cole Phelps luego de la guerra y su ascenso dentro del cuerpo de policía. Es un juego donde, a diferencia de otros títulos de Rockstar como GTA o RDR donde tienes un mundo abierto en el que puedes hacer lo que quieras, tendrás que actuar como un verdadero agente del orden; no puedes ir por ahí disparándole a civiles solo porque te miraron feo o estrellando tu auto con cada obstáculo que encuentres, considero este un punto fuerte del juego pues le añade un poco de dificultad.
El juego está lleno de acertijos únicos (bueno, en su mayoría) y algo desafiantes, que se vuelven cada vez más difíciles a medida que avanza. Tienes la oportunidad de interrogar a víctimas, sospechosos, asesinos, testigos, lo que sea. A medida que avanza la historia, el propósito del interrogatorio se trata menos de tratar de encontrar la verdad, sino de descubrir quién está mintiendo y si puedes probarlo. A medida que avanza el juego, te ensucias más las manos y te das cuenta de lo corruptos que son todos, policías o criminales.
Ahora, después de todo lo bueno, aquí viene la parte mala:
Cuando excluyes la genial mecánica de interrogatorios y deducción, este juego se reduce a todos los demás juegos de Rockstar que existen. La ciudad es grande y hermosa, pero no recompensa explorarla. El tiroteo es decepcionante, especialmente si se considera el hecho de que se supone que Cole Phelps es un oficial de policía altamente capacitado. Conducir un vehículo es difícil, aunque eso es lo que sucede en cualquier videojuego cuando juegas con un mouse y un teclado.
El equipo Bondi hizo un gran trabajo al capturar las expresiones faciales y los movimientos de la cabeza de los actores, pero lamentablemente no tuvo tiempo suficiente para animar adecuadamente los cuerpos. Al caminar, los personajes se parecen a lo que imagino que pasaría si tomas la cabeza de un actor y la pegas al cuerpo de un robot. Aunque obviamente exagero, los personajes se ven muy ridículos a veces.
La trama que tanto elogié al principio termina tristemente de una manera muy abrupta y poco interesante. Es una pena que, una vez más, el equipo Bondi no tuviera tiempo suficiente para escribir un buen final, aunque creo que el resto de la historia lo compensa. El juego casi no tiene valor de retribución, una vez que hayas completado una misión una vez, recuerdas dónde están todas las pistas, cuáles son las soluciones a los acertijos y cuáles son las respuestas a las preguntas.
Al final, este juego es una mezcla de escritura de historias asombrosas, tecnología impresionante y un gran escenario, pero también de la fórmula de diseño banal de Rockstar (que sigue funcionando pero no quita que sea floja), y es una víctima del escasez de tiempo en su producción.