la vitalidad de Red Dead Redemption 2

Red Dead Redemption 2 es un juego con uno de los mundos abiertos mas grandes del mundo, entonces más de una vez te vas a sentir como si estuvieses solo aunque tengas a personas a tu alrededor. Muchas veces donde esta se ve es cuando ya vas por lo que se puede decir la segunda parte del juego en donde lo único que haces es aventurar por el extremadamente gigantesco mapa de este popular juego, intentando sobrevivir en contra la naturaleza y los distintos bandos enemigos que se esconden en ella.

Después de pasar más de dos meses jugando Red Dead Redemption 2 fue cuando lo terminé y me di cuenta que pude desbloquear la segunda mitad del mapa. Durante semanas haba vivido la historia de crecimiento y tragedia de Arthur Morgan. Dormí en un campamento lleno de la gente que conocía, cacé distintos animales en el peligro de la noche, caminé de punta a punta el mapa, observé mis alrededores y tomé fotos de todas las cosas interesantes que veía a cada paso, como montañas que hicieron darme cuenta de de verdad lo grande que era ese mundo en comprada a mi personaje, y en ese mundo también hice cosas malas, robé bancos, trenes pero también hice cosas buenas. 

Cabe decir que el mundo en el que Arthur Morgan reside es denso y no hay forma de terminarlo, ya que siempre hay algo nuevo que hacer en cualquier lado. Cada vez que tenía la oportunidad de ir a un lugar nuevo también habían misiones nuevas que hacer, y muchas. Actualmente, hay una larga lista de gente que tiene problemas con este juego, pero muy pocas de esas quejas están relacionadas con el paisaje, cada pulgada de este esta lleno de detalles, cada aspecto individual se siente unido con el todo más grande.



El mundo se siente....Vivo o al menos eso es lo que todo el mundo dice, en los juegos de mundo abierto siempre esta pasando algo a tu alrededor, estoy hablando sobre que en un momento estas en tus cosas y de repente te ataque un oso, los cambios climáticos, los sonidos de los relámpagos o hasta la forma en que se mueven los arboles, estas son cosas que nos hacen saber que un juego esta vivo. Es bastante fácil de entender pero al final del día es una simulación, es algo que en el fondo esta lleno de códigos y programaciones.

Durante docenos de horas he vivido la vida del vaquero más ocupado del mundo. Cuando dormí en el campamento probablemente había pasado los últimos días de insomnio disparando, desollando, comiendo, ayudando, dañando o hasta cortándome el pelo. Muchas veces haría viajes largos entre objetivos o misiones, pero incluso allí encontraría nuevas cosas que que perseguir, nuevas casillas que marcar, pero nunca fui al sudoeste del mapa. Allí me querían preso, y no quería pasarme todo el juego peleando con los cazarecommpensas. Después de todas las horas, logré pasar el juego y me dejaron de buscar en esa zona y por primera vez fui al pueblo de Blackwater y a las desconocidas tierras a su alrededor.



Fue entretenido visitar Blackwater, aunque pasé todo mi tiempo de Red dead 2 evitándolo, lo recordaba del primer juego. Verlo en un estado primitivo con muchos mejores gráficos fue una buena novedad, si no mucho más. Pero mi mapa todavía se veía extraño porque había una gran cantidad de espacio en blanco debajo de Blackwater. Tenía como objetivo vencer el juego, quería saber lo que había en todas esa masa de tierra, así que cabalgué. Monté hacia el sur siguiendo las vías del tren, monté y nadie salió a pedirme un favor y ningún animal me atacó. En cambio, salí del paseo tenso y oscuro a través de un túnel de tren y quedé con una gran sorpresa por lo que vi al otro lado. Desierto, fue una locura pero de alguna forma era familiar, ese era el desierto en el primer Red Dead Redemption, conocía los acantilados y curvas y la tierra, aunque el recuerdo era muy borroso desvanecido por los años pasados y los cientos de otros juegos.

Creí que después de ver ese desierto iban a haber más misiones y ocurrencias que me esperaban pero por lo visto, no. En vez esta mitad del mapa acabó siendo muchísimo más..... rara, mientras recorría el camino que iba hacia Armadillo, ningún bandido me intento sacar de mi caballo. El mundo no era horrible pero si tuviéramos que medir la “vitalidad” del mapa como fue definido antes, estaría muy abajo, Armadillo como para probar mi punto estaba muriendo, literalmente, era como si estuviese en un pueblo abandonado. En el primer juego pasé probablemente la mitad de mi tiempo haciendo misiones alrededor de Armadillo y ahora no era nada, solo una colección de edificios vacíos y un salón. 



A medida que exploraba cada vez más en el desierto del mapa, me di cuenta de que de alguna manera no me había perdido cada dador de misiones, no había esquivado las áreas pobladas. Acababa de tropezar con un segundo mundo solitario del juego, uno sin todas esas espontaneidades, toda la vida del mundo principal. Sin embargo, se puede decir que me sentí más vivo, me sentí mas en contacto con el personaje, más como si estuviera viviendo en este mundo. En el juego principal, no es raro disparar cincuenta veces o mas en una confrontación con una banda rival; segundos de violencia preparados para lo que parecen horas de estar sentado, tallando, repitiendo. En el curso de la historia, vacías el cilindro de tu revólver probablemente miles de veces. Ningún plan funciona, la banda de Van Der Lin tiene cabos sueltos casi infinitos que necesitan ser cortados. La idea de cortar cada bala para simplemente hacer puntas divididas, que lo único que hacen es más daño y usar menos energía del Dead Eye, individualmente es paralizante. 

En el árido suroeste, los peligros rara vez aparecen y cuando lo hacen, es una lenta amenaza, en esas situaciones las seis balas que hiciste con mucha paciencia se sienten significativas, como si tus minutos adicionales de preparación realmente afectaran tu vida de una manera tangible y me sentí así con todas las pequeñas cosas que hacía, de acampar bajo las estrellas a hacer mis propias medicinas. Todo se sintió mucho más importantes y personal cuando no había una ciudad con una posada y una farmacia a cinco minutos. Había una esencia de la verdadera soledad que imagino que la gente sentía cuando estaban bajo ese cielo gigante, separados de todos los que conocían y amaban.