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¿Son realmente necesarias las expansiones dentro de un videojuego o son en realidad una estafa soberana a nuestros bolsillos?
Hasta hace algún tiempo, las desarrolladoras de videojuegos nos vendían un producto terminado, con un principio y un final. Y si el juego gozaba de cierto éxito o popularidad, al poco tiempo nos anunciaban una secuela que prometía ser mejor que la anterior. Y en ese entonces comprábamos a seguro, y la única pérdida que podíamos experimentar era que el juego fuese malo o aburrido. Claro, la manera como se distribuía un juego hace 20 años era muy diferente; se debía tener una copia en físico como un disco o los famosos cartuchos de las primeras consolas. Ibas a la tienda de juegos y ya lo tenias. Un juego terminado al 100%. Lo que obligaba a los creadores a terminarlo casi o sin errores. Algo que apreciamos mucho, ya que nadie quiere un juego roto.
Con la llegada del Internet el formato con que se distribuían cambió. No era necesario salir y comprar el juego en físico, sino sólo sentarte en la comodidad de tu casa y descargarlo. Y eso es algo realmente bueno, bastante cómodo vivir sin la preocupación de cuidar mucho el disco para que no se raye o soplar constantemente los cartuchos de la NES cada que no arrancaba el juego (que por cierto, el propio cartucho advertía no hacerlo). Gozamos de esa comodidad, pero ahora pagamos cierto precio.
Hablemos de la expansión o DLC (Download Content):
Existe, desde un principio el contenido descargable, para alargar la duración del juego. Existe para añadirle más contenido y mejorar así lo que ya ha sido terminado. Porque por eso se llama así: expansión. Pagamos por contenido extra que no estaba originalmente. Y ahora el problema: algunos juegos ahora salen con expansiones desde el primer día de venta. Desde el primer día venden un juego incompleto, y para poder acceder al juego terminado, debemos pagar por esa expansión, que añade un mapa o una skin o armas o lo que sea; que en realidad ya debería estar dentro del juego desde que se vende. Porque si no es así, nos dan algo incompleto. Nadie quiere pagar por algo mal hecho, además de las constantes actualizaciones.
Pero dentro de lo malo existe lo bueno. Esas son las expansiones de Red Dead Redemption o GTA IV. Que aportan contenido realmente nuevo, que bien podría haber sido un juego completamente distinto al original y que, por cierto, ahora pagamos menos. Porque ya tenemos un juego completo y eso es sólo un plus, un extra.
Es inaceptable que las desarrolladoras nos tomen por tontos y nos engañen. Ahora lo normal es vender un juego incompleto desde el primer día, y es que no tenemos opción. O eso o nada.
Lo mismo ocurre con las pre-ordenes. Eso de pagar antes de que salga el juego para así ganar algunas cosas extra dentro de él. No. Primero termina tu juego y luego dámelo, deberíamos decir todos a los creadores. Y es inevitable pensar que estamos siendo vilmente timados en frente de nuestras narices, y no podemos hacer nada.
Las no expansiones con otro nombre:
Call of Duty, amado y criticado por muchos. ¿Quién no se ha quejado de sus secuelas? En especial las de Modern Warfare. El mismo juego, con la interfaz un poco cambiada, algunas nuevas armas, dos mapas y una campaña sacada de la manga. Es el mismo juego que ahora cuesta 80 dólares.
Esto ocurre con juegos repetitivos y que se basan en una mecánica común. Nos hemos burlado del FIFA porque es el mismo juego año tras año (Y ahora con microtransacciónes y ese sistema de tarjetas). Se le acepta que es un juego deportivo, pero el precio es simplemente demasiado. Debería haber una relación entre lo que cuesta hacer el juego y la ganancia que debe sacársele, y esas grandes desarrolladoras prefieren la cantidad que la calidad. ¿A nadie más le parece un juego sucio?
Creo que tenemos suficiente con los micropagos como para aguantar el mismo juego con otro nombre o que nos lo vendan incompleto.