Simplemente nos damos cuenta que un niño con ese comportamiento debería tener más comunicación con sus padres (y de paso, aclarar las obvias situaciones de fantasía y evitar el abuso aunque suele pasar cuando ya existe un trastorno desde antes).
Hay muchos adultos que ni saben que ya existía una clasificación de edades para juegos desde hace mucho tiempo (por los años 90, más o menos).