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Antes que nada, hay que poner contexto. Soy poseedor de uns Switch, a pesar de ser un gran fan de los FPS, Survival Horror y acción en general. Esto se debe a que, a mi edad (37), no poseo una habitación con televisión o monitor que pueda adaptar a mi pasión de gamer. Cuando estoy solo uso el salón y, la mayoría de las veces, me escondo en un rincón con mi consola-portátil que me permite unos minutos de tranquilidad. Como bien sabéis, hace poco Fortnite salió para Switch. Me dio una alegría enorme poder disfrutar del Battle Royale de moda en mi consola y, por supuesto, me puse en seguida a ello. Fortnite no es para adultos: esa fue mi conclusión a los pocos días de uso. Veréis, al principio me costó coger la mecánica. Algo normal por otro lado. Conseguí pasar los primeros minutos sin morir y después pude empezar a matar a los enemigos. Poco a poco fui mejorando, pero no llegaba a las últimas rondas ni de lejos. Una noche, en la que mi mujer se fue temprano a la cama, me quedé jugando y me puse el juego en la tele con un absoluto silencio y, ¡eureka!, conseguí quedar segundo un par de veces. Entonces lo entendí todo. Lo primero fue "joder, si hay una musiquita", después "si se escuchan las pisadas", "si los tesoros emiten sonido para localizarlos". Ahí recordé la conversación con mi primo de 13 años. Él jugaba mucho mejor que yo, pero él no se tiene que esconder para levantarse y apagar la thermomix, o sacar el pollo del horno, o atender las llamadas del trabajo. A él no lo llama su mujer 70 veces en media batalla, ni tiene la campana puesta ni tiene que ir a sacar a los perros... Creo que algún día presentaré batalla al Fortnite, pero no estoy al nivel de los ordenadores, ni al de los gamers actuales ni, por supuesto, al nivel de cualquiera que esté en su habitación con unos auriculares, la puerta cerrada y la luz apagada. Eso es vida, compañeros.