Pro Race Driver

Hola amantes de las carreras y la velocidad a cuatro ruedas, he querido redactar este texto para hablarse de un juego de autos con cierto renombre en su época y producido por Codemasters. Como el género está saturado de productos similares quizás poca gente lo conozca o solamente les sea familiar la carátula para PS2.En 2002 salió para la Playstation 2, no fue hasta 2003 que salió al mercado PC y consolas Xbox. Una versión posterior “Director´s Cut” amplió el número circuitos y actualizó campeonatos.

 Realmente PRO Race Driver es el nombre que recibió en USA, en Europa fue el primer TOCA Race Driver. Debe ese “apodo” a que los organizadores del British Touring Car Championship (TOCA) quería publicidad de su campeonato para recuperar espectadores y participantes. En 2004 salió la secuela que ha reseñado el compañero migueltovar en esta misma sección.

Dentro del artículo iré utilizando la negrita y los subrayados para resaltar aspectos importantes y que la lectura no resulte monótona.

En la máquina de juego controlas a Ryan McKane, hijo de un piloto fallecido en carrera y el hermano más joven de una leyenda del circuito. Tu meta será demostrar que la gasolina está en tus venas y que puedes ser igual de top que tus familiares cercanos.
Esta producción tenía un elevado número de circuitos (38) repartidos en 13 campeonatos, con hasta 42 coches elegibles y modo multijugador de hasta 8 participantes. 

         
Como indicamos antes hay un enorme catálogo de coches fielmente reproducidos detalladamente, por ejemplo podemos conducir un Mercedes DTM, un BTCC Peugeto o V8 Supercars en Australia. Disfrutamos de grandes vistas de la carrera con hasta cuatro cámaras diferentes disponibles. En el juego podemos disfrutar de algunos vídeos cortos con las reflexiones personales de McKane sobre su carrera y los resultados que está obteniendo.
         

DINÁMICA DE JUEGO

Sin llegar al modo arcade la simulación realista se ha relajado, aunque la sensación de velocidad y la física del auto en la pista y las colisiones son realistas, afectando a su funcionamiento. No obstante el control resulta bastante arcade, en especial los giros y derrapes, por lo que no es un juego difícil para niños.
          
Antes de cada carrera podemos configurar nuestro auto en función de las características del circuito. Como somos un novato en el circuito empezamos con carreras fáciles, luego se van dificultando las carreras y los oponentes según aprendemos a conducir aunque de inicio podemos graduar la dificultad del juego. Según ganamos carreras se desbloquean nuevos circuitos.

No hay ronda de cualificación y empiezas entre la 7ª y 10ª posición, las carreras son rápidas y cortas de 3 a 5 vueltas, pero en el modo carrera tienes que ir sacando puntos para subir escalafones y nivel competitivo. Así comienzas haciendo 7 tours de 6 carreras, debes sacar 132 puntos para subir de nivel. La victoria son 10 puntos, segundo puesto 6 puntos y quedar tercero te da 4 puntos.
          
Cada tour tiene sus coches y circuitos licenciados, ocasionalmente para romper la rutina puedes recibir el desafío de otro piloto y McKane entonces demostrará sus agallas y arrogancia en un lejano duelo americano o europeo con coches potenciados en plan Fast&Furious.
         

En su momento era bastante llamativo por las deformaciones y desperfectos que sufrían  los autos. El realismo con el que se rompen las ventanillas, se desprenden los guardabarros y el tubo de escape o se abollan carrocerías era simplemente estupendo. Desgraciadamente estos efectos sólo son apreciables a nivel gráfico, porque el coche tiene que estar realmente destrozado y sin alguna rueda para que los desperfectos comiencen a influir en la conducción.

Antes de salir a la pista podemos cambiar la mecánica del auto siguiendo los expertos consejos de nuestro jefe equipo o arriesgarnos a nuestro libre albedrío. Alteramos velocidades, cambios marcha, neumáticos, sistema suspensión y hasta el aspecto exterior del auto.
           

EPÍLOGO

Visualmente era bastante chulo, con unos recorridos interesantes y un sorprendente realismo visual con la iluminación ambiental y los reflejos en las ventanillas. Se echaba de menos algún efecto meteorológico más influyendo en las carreras, solamente aparecía lluvia que convertía en piscinas deslizantes los trazados. La experiencia conductora era como en la vida real porque solamente nos acompaña el ruido de los motores, por ello Codemasters decidió no incluir música de fondo.